Los 4 Fantásticos

Los 4 Fantásticos #21 (#171): Caza Sangrienta

Ryan North e Ivan Fiorelli se enfrentan a la caza sangrienta marvelita sin renunciar a los mecanismos con los que funcionan Los 4 Fantásticos en esta etapa de redescubrimiento y vuelta a los conceptos más clásicos de la cabecera.

 

«Ve a hacer magia, Mr. Fantástico«

 

La colección publicada por Panini Cómics se enfrentaba en este tie-in a un asunto peliagudo que, si habéis seguido el evento, sabemos que sí o sí tendrá importantes implicaciones para la primera familia y sus allegados. Pero como la pareja creativa se ha tomado la molestia en construir un relato que funciona a la perfección de manera independiente a dicho evento, tampoco vamos a destripar aquí cuál es el peliagudo asunto. Ya habrá tiempo de abordarlo más adelante.

 

Los 4 Fantásticos

 

Lo que nos encontramos, pues, es una aventura como las que viene ideando North hasta el momento: relatos contenidos en uno o dos capítulos (dos en este caso, pues la edición española ha juntado los dos números USA implicados en Caza Sangrienta) protagonizados por uno o dos de los miembros de Los 4 Fantásticos, de manera que se pueda profundizar de manera más óptima en los personajes implicados y las dinámicas entre ellos.

 

Y, corregidme si me equivoco, pero esta es una de las escasas ocasiones en las que vemos a Reed y Alicia intimar de esta manera. Cuando los vemos solemos pensar en esas parejas de cuñados que se aprecian y se llevan bien, pero desde cierta distancia. Se tienen estima, pero nunca serán los mejores amigos del mundo. Esto, en gran parte, debido a las diferentes maneras que tienen de ver el mundo: Alicia, como buena artista, pondera las emociones; mientras que Reed tiene una mirada intelectual y analítica de todo cuanto le rodea.

 

Es esa diferencia la que sirve de excusa a North y Fiorelli para vertebrar la vertiente humana del argumento. La heroica y aventurera viene dada por la invasión vampírica. Una invasión que, dado su carácter mágico o sobrenatural, también ayuda a construir la relación entre Alicia y Reed, pues aunque ambos están fuera de su elemento (¿quién no lo estaría siendo amenazado por vampiros?), la capacidad de la señora Masters-Grimm de ver y creer en aquello que no puede ser reducido a fórmulas matemáticas (el arte es pura intuición y emoción), es vital para que Richards no se obceque en su «limitada» visión científica y demuestre su creatividad.

 

Ryan North está poniendo en valor a los imaginautas como pocos autores han hecho en los últimos años. Para él lo importante son los personajes y los roces del día a día. La aventura viene dada por quiénes son y no necesitan regirse por la épica habitual del género para demostrar su valía. Ya hemos visto (y seguimos viendo) como un día en el súper o una visita a un museo pueden dar lugar a emocionantísimas tramas y obligar a nuestros personajes a redescubrirse e imaginar nuevos límites para sí mismos.

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