Quizás os estéis preguntando por qué hemos decidido abordar la lectura y comentario de este volumen en concreto de Los Vengadores de Jonathan Hickman cuando hasta ahora nuestro acercamiento a la recopilación de Panini Cómics en Marvel Deluxe había sido algo limitada. Por un lado, para ver la etapa del guionista desde una nueva perspectiva derivada del nuevo formato y del tiempo transcurrido desde su publicación original en grapa. Por otro -y quizás más importante- para ilustrar una de las ideas que definían nuestras impresiones del primer volumen de Los 4 Fantásticos de Hickman: todo está conectado.
Este recopilatorio, que toma por nombre Adaptarse o morir puede dividirse en dos partes más o menos diferenciadas, las correspondientes a los capítulos de Los Nuevos Vengadores y las de Los Vengadores, aunque existan evidentes lazos entre ambas. La referida a Los Nuevos Vengadores es la que nos retrotrae a Los 4 Fantásticos. En ella se presentó un invento que ahora resulta capital para estudiar y hacer frente a las incursiones: el puente.
Aquel artefacto permitía a Reed explorar el multiverso en busca de soluciones a su gran dilema, «resolverlo todo». Ahora, con algunas modificaciones el puente hace una búsqueda más siniestra, la de mundos al borde de la destrucción por culpa de las incursiones; pero en el fondo el objetivo es el mismo, resolverlo todo, alcanzar un imposible.
En su etapa al frente de las dos cabeceras principales de Vengadores, Hickman apuesta por un tono ciertamente fatalista, de inevitabilidad ante los acontecimientos. Los héroes solo pueden retrasar su destino y el germen de esto, como vimos, está en la infructuosa búsqueda de Reed. A una escala mucho mayor, es lo que estamos observando en Vengadores y Nuevos Vengadores. Los personajes no son capaces más que de poner parches a una situación a punto de romperse.
La aparición de la Gran Sociedad, un grupo sosia de la Liga de la Justicia deceíta (como en su día fue Escuadrón Supremo), o una variante más dictatorial de los propios Vengadores, ponen a prueba al equipo liderado por los Iluminatis. Mientras que muchos viven embebidos en su inocencia esperanzada, miembros como Namor o Doctor Extraño están ya mentalizados del terrible destino al que se enfrentan y, a su manera, cada uno de ellos le hace frente como buenamente puede. Los secretos, traiciones o medias verdades son su pan de cada día. Aquí también se puede añadir a gente como Tony Stark, que sabe que antes o después tendrá que mancharse las manos de verdad y la visión de diferentes realidades solo certifican ese pensamiento. Lo que vemos en estas páginas es solo una cuenta atrás, un preámbulo de lo que se avecina.
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