Nuevos Mutantes #24: Destino de X

Nuevos Mutantes #24. Destino de X: El fantasma de las Navidades pasadas

Nuevos Mutantes #24: Destino de X«Me llamo Illyana. te pareces a mí«

 

Si el mes pasado viajamos de regreso al futuro para que Magik y sus amigas conocieran a una versión algo más anciana (pero igual de cañera) de Illyana, Este mes Panini se lleva a las compañeras mutantes de viaje hacia la triste infancia de la hermana de Coloso como parte casi final del intenso road trip en el que se ha embarcado Vita Ayala en un intento de irse de la franquicia con la sensación, al menos, de haber contribuido al desarrollo de alguno de sus personajes. Que, oye, lo cierto es que si de esta etapa de los Nuevos Mutantes salimos con una Magik algo más en paz consigo misma y capaz de perdonar a su hermano (aún sin saber que éste es un títere de los rusos, que no nos olvidamos de lo que Marvel ha ido contando bastantes meses atrás), pues entonces se podrá decir que el paso de Ayala por la cabecera ha sido exitoso. Eso y si alguien se acuerda, y es capaz de utilizar para bien, de que el Rey Sombra ahora es un señor majete y muy arrepentido de su vida pasada.

 

Sueños y esperanzas aparte, la entrega de este mes nos lleva a un sucedáneo del País de las Maravillas convirtiendo a la versión infantil de nuestra protagonista en una suerte de Alicia enfrentada con una Reina de Corazones reconvertida en un Belasco descafeinado y el resto de demonios que lo acompañan haciendo las veces de los naipes… ¡de la baraja española! La estructura del cómic es idéntica a las de Nuevos Mutantes #23: Destino de X, cambiando las hordas de demonios futuristas por personajes de cuento infantil y con Illyana congraciándose con otra parte de sí misma que mantenía dormida por el dolor que ésta entrañaba. En este sentido, poco o nada nuevo nos ofrece el cómic de este mes, que puede llegar a hacerse un poco pesado precisamente por esto. Sin embargo, si nos fijamos, sí que hay un par de cosas que merecen nuestra atención.

 

«¡No nos pagan suficiente para esto!«

 

Una de ellas, por supuesto, es el arte de este capítulo (y de esta saga en general). La última historia de Ayala está gozando de una variedad ý una libertad artísticas nada desdeñables. Rod Reis sigue fiel al estilo que ha marcado la serie desde que cogió las riendas Ayala y se lo tiene que estar pasando pipa con algunas de las escenas (aunque lo llegué a ver más espectacular si cabe en la trama anterior), pero es la adición de Jan Duursema la que está introduciendo un claro elemento diferenciador. Sus ilustraciones, a modo de cuento infantil, nos están acompañando a lo largo de toda la historia y marcan una diferencia divertida a la hora de leer, además de permitirnos entrever cómo funciona el corazón y el alma de nuestra protagonista.

 

Nuevos Mutantes #24: Destino de X

Nuevos Mutantes #24: Destino de X

 

El otro elemento que me llama la atención es la manera en que Ayala está suavizando la manera en que las amigas de Magik se relacionan con la que fuera la Reina Duende. Siguen sin confiar en ella por el mucho daño que les ha hecho en el pasado, pero llevan el suficiente tiempo viajando a su lado como para que las relaciones comiencen a normalizarse. Me gusta la manera en que Vita Ayala trata a sus personajes en todas las obras suyas que he leído. Su punto flaco son las historias, pero los personajes que pasan por sus manos suelen ser creíbles y naturales. Otros autores habrían mantenido a Dani Moonstar y Loba Venenosa en sus trece o las habrían hecho cambiar de parecer de la noche a la mañana. Ayala las hace discutir sin puños de por medio y nos deja detalles como el de Dani preocupándose por Madelyne al final de este número en una esquinita de la viñeta. Estas cosas contribuyen a humanizar a héroes y villanos y, a la postre, pueden ser las que diferencien un final orgánico de uno que Marvel se apresure en tapar.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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