A diferencia de la primera entrega de la trilogía, La Guerra del Mesías solo implica a las colecciones de X-Force y Cable, dejando a las series principales al margen del evento, incluyendo así: X-Force / Cable: Messiah War, Cable v3, #13-15, X-Force v3, #14-16 USA. Esto se debe a la propia naturaleza de esta aventura: X-Force ha sido enviado al futuro por Cíclope para descubrir que ha sido de Cable y Hope (recordemos que al final de Complejo de Mesías, Nathan Summers se llevaba al bebé a la corriente temporal para mantenerla a salvo… y mientras que para ellos han pasado años, para la Patrulla-X no han transcurridos más que unas semanas, mucho cuando se puede viajar en el tiempo), por lo que la acción no transcurre en el presente sino en un futuro postapocalíptico. La acción se aleja, por así decirlo, del día a día de Cíclope y los suyos y transcurre en otro tiempo, y se centra, en esencia, en una misión de rescate o una cacería (según el bando), por lo que incluir a la plana mayor de la familia mutante resultaría no solo desproporcionado e innecesario, sino perjudicial para el devenir de la historia.
Una historia que, por otra parte, marcará el devenir de alguno de sus personajes principales y cuyas consecuencias todavía persisten en el universo Marvel cinco años después. Motivo por el cual no debería tomarse esta saga a la ligera, como simple capítulo puente antes de Advenimiento (el relato que traería definitivamente a Hope a nuestro presente y que se verá recogido en Marvel Deluxe quizás a finales de 2015).
Si por algo destaca este tomo es por su especial sentido del ritmo. Mientras que su relato precedente abrazaba un tono detectivesco a partir del cual descubrir que estaba sucediendo y quienes eran los implicados, en esta ocasión nos plantamos ante una historia con un fuerte componente de acción. En estas lides Swierczynski es un experto (lo hemos visto por ejemplo en Bloodshot o en Aves de presa), y el contexto de supervivencia y de carrera contrarreloj también resulta determinante en este aspecto. Y es que los personajes viven en una continua lucha por encontrar y salvar a Hope, contra los enemigos de turno y contra el mismo tiempo (corren el peligro de quedarse atrapados en el futuro si no completan su misión a tiempo). Mucha adrenalina y emociones fuertes (no faltan los giros y las apariciones estelares en los momentos oportunos) para un tebeo que goza su condición de blockbuster.
El precio del futuro
El tema principal de La Guerra del Mesías es el cuánto estamos dispuestos a sacrificar por lograr nuestros propósitos. Ya sean de fe, como los de Bishop, e incluso de venganza, como los de la misma Hope, que desde el mismo momento en que nació ha sido perseguida por unos y otros que no ven en ella más que el fin mismo de toda esperanza (tomando aquí su nombre toda su carga irónica, «hope»=»esperanza»). En este sentido el relato conecta directamente tanto con Complejo de Mesías como con su preludio (que también reseñamos aquí). Los extremismos cobran especial relevancia, y no solo son personificados en Bishop o Dyscordia (el gran villano de esta función), sino que los propios integrantes de X-Force verán forzados sus ya cuestionables límites con tal de prevalecer. Si una cosa deja clara esta Guerra del Mesías orquestada por Chris Yost, Craig Kyle y Duane Swierczynski a los guiones y Mike Choi, Ariel Oliveti y Clayton Crain dibujando, es que el fin justifica los medios.
Bien es cierto que de un tiempo a esta parte el sueño de Xavier parece hecho añicos, y formaciones como X-Force son la consecuencia directa de ello. Porque si el fin es la supervivencia cualquier medio es válido, tanto para el mal como para el bien.
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