Tony Stark: Iron Man #7

Tony Stark. Iron Man #7: Una resaca de campeonato

Tony Stark: Iron Man #7«Todo lo que ves aquí es un duplicado«

 

Se acabó la primera gran saga de la etapa de Dan Slott al frente de Iron Man. Llega ahora el momento de detenerse y lamer las heridas mientras se va preparando la siguiente gran trama en el horizonte. Toda esta historia con eScape, lejos de ser la excusa para llevar a Tony al ciberespacio que parecía en un principio, nos ha dejado con una gran revelación sobre la que va a pivotar el futuro de la serie (esa de que nuestro protagonista no es más que una copia genética con un ‘backup‘ mental del Tony original), un villano en la sombra a la espera de su gran momento (Arno vuelve a las andadas, se acabó lo del buen hermano que nos presentara Kieron Gillen hace ya unos cuantos años) y un conflicto entre humanos y máquinas que parece estar cocinándose desde que diera comienzo esta nueva etapa, pero que viene de mucho más lejos.

 

Y es que hace ya la friolera de cinco años (nuestra reseña data exactamente de septiembre de 2014) Panini trajo a España la serie limitada de Sam Humphries (y que, curiosamente, también dibujaba Valerio Schiti, como ocurre con la serie que nos ocupa hoy) que llevaba por título Vengadores I.A., una pequeña joya que aterrizaba justo en el momento en el que mutantes, inhumanos, dioses y mortales trataban de compartir la Tierra sin asesinarse los unos a los otros (las repetidas guerras civiles que estaban por llegar nos demostrarían lo ineficaz que resultaría todo ello). En Vengadores I.A. Humphries añadía un nuevo bando a la cada vez más concurrida diversidad terráquea que, dado el cacao que se había formado en aquella época en Marvel, no llegó a aprovecharse, pese a su potencial, pero que ahora Slott rescata en un movimiento que le hace justicia a la serie de 2014 y que, a la vez, está ahora mucho más de actualidad que en aquella época.

 

«Sé que nunca dejaré de ser un alcohólico. ¡Lo sé!«

 

Me estoy refiriendo, claro está, a la Inteligencia Artificial. En un mundo en el que ésta apenas si sirve para que nos salgan mejor las fotos y los anuncios nos lleguen más personalizados puede no tener mucho sentido, pero en la realidad del universo Marvel, en la que Yocasta es la responsable de las relaciones humano-cibernéticas de la mayor empresa de tecnología del planeta y Ultrón es un robot que se ha lanzado a la conquista del espacio, tiene toda la lógica que en un momento dado los androides comiencen a luchar por sus derechos. Sin embargo, para leer esta nueva etapa, aún tendremos que esperar unos cuantos meses (probablemente comience a llegarnos en los primeros días del año que está por estrenar), ya que antes habremos de leer el cruce de Tony Stark: Iron Man con La Guerra de los Reinos (que escribirá Gail Simone) y un número autoconclusivo que volverá a abordar un tema que parecía más que superado por el Iron Man del siglo XXI: el alcoholismo.

 

Tony Stark: Iron Man #7

Tony Stark: Iron Man #7

 

Aunque se tocó levemente en el transcurso de Pecado Original y de Civil War II, la gran tara de Tony Stark, que llegó a suponer la disolución de los Vengadores en tiempos de Brian Michael Bendis, no había regresado de forma seria a la colección del Vengador Dorado hasta que éste ha recaído en el mundo virtual, primero, y puede que ahora también en el mundo real. Y lo cierto es que nunca está de más volver sobre este tema porque, tal y como el propio protagonista afirma en la frase que he aislado un par de párrafos más arriba, uno no deja de ser alcohólico sin más, sino que esta enfermedad, como cualquier otra que conlleva una adicción, se convierte en una batalla continua para quien la padece hasta el momento de su muerte. Cualquier recaída puede ser la definitiva, por lo que de vez en cuando hemos de ver a Tony volviendo a estas tentaciones si queremos poder empatizar con él y con su humanidad. En noviembre podremos leer más y mejor sobre este tema.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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