«Los mutantes rusos, por el contrario, tienen un papel comunista«

Vaya número nos toca reseñar hoy, ¿no? Mientras escribo estas líneas, se recrudece la guerra en Ucrania con Europa y EEUU anunciando sanciones a Rusia mientras ésta avanza por las calles de Kiev aplastando bajo su bota cualquier alternativa que no sea una nueva anexión a su ya vasto territorio (o la restitución de un estado títere a los intereses de Moscú). No me las daré por aquí de experto en geopolítica, pero me queda muy claro que, como en otras ocasiones recientes, nos encontramos ante un conflicto que, más allá de lo bélico (en el que los únicos perjudicados en ambos bandos son, precisamente, los menos interesados en guerrear y más en llegar a fin de mes), se interna en el terreno de quién maneja el discurso y hacia dónde se vierte el mismo. La OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, vende la idea de la Libertad con mayúsculas en un juego que viene de lejos, que hunde sus raíces en la reunificación alemana tras la caída del Muro de Berlín y que se ha traducido en sucesivas ampliaciones de los estados miembros de la Organización de Territorios del Atlántico Norte. Rusia, por su parte, vende el incumplimiento de viejas promesas como excusa para ejercer un mayor poder económico sobre Europa. La historia no es nueva, y los perjudicados son los mismos de siempre.

Si la situación se alarga (ya sea con esta guerra o con futuros conflictos a menor o mayor escala), no tardaremos en ver estos discursos trasladados a la producción audiovisual de ambos países. Ya sea en sus películas, sus cómics y videojuegos o a través de la siempre sibilina influencia que se logra a través de los foros y de las redes sociales. De hecho, lo que leemos en este cómic, aunque claramente no se base en lo que está ocurriendo durante estos días, sí que refleja la manera en que se ve la situación geopolítica con Rusia desde la hasta ahora primera potencia mundial. Y la imagen que percibimos no es muy diferente de la que nos era vendida hasta finales de los años ochenta, cuando el mundo se dividía en dos grandes bloques y todo lo que quedaba fuera de ellos era considerado, casi con desprecio, como un Tercer Mundo al margen de las dos grandes esferas de poder.

«Como tu humilde cronista supongo que no tengo más alternativa que convertirlo en poesía«

X-Force #18: Reinado de X coloca a los mutantes rusos, liderados por Mikhail Rasputin (el hermano de Coloso capaz de saltar entre dimensiones), como uno de los principales enemigos de la nación mutante de Krakoa. De nuevo, aquí vemos a los mutantes jugando con un discurso de libertad y de respeto entre naciones mientras tratan de imponer sus métodos y su política al resto de naciones del mundo. Rusia, frente a ellos, trata de evitar cualquier intromisión mutante en la manera de funcionar de su país al tiempo que busca recuperar influencia copiando aquellas cosas de los mutantes que sean exportables al mundo humano. Los métodos y las alianzas incómodas no tardan en aflorar y, cuando todo esto acabe, no nos quedará muy claro quién tenía menos razón de los dos.

X-Force #18: Reinado de X

Teniendo en cuenta todo lo de más arriba, y como ya supondréis, la lectura del X-Force de este mes (uno de los últimos de la colección) resulta no sólo de lo más entretenida, sino repleta de segundas lecturas que nos hablan de sus creadores, del país en el que viven y del discurso que maman. Todo esto con el tremendo cambio, para mal, que ha experimentado Bestia a lo largo de los últimos tiempos (concretamente desde que trajo del pasado a la Patrulla-X original) y su voluntad de permanecer ‘tal y como está ahora’ como sacrificio necesario en pos de salvaguardar los intereses de los mutantes.