Panini Cómics recopila en un volumen en cartoné la primera parte de la etapa de los X-Force de Craig Kyle y Christopher Yost. Catorce entregas surgidas en un contexto muy particular. En otras condiciones una serie como esta, por tono e intenciones, no habría tenido cabida. Hablamos de los tiempos post Dinastía de M con los mutantes están al borde de la extinción. Solo un milagro puede frenar su fatal destino. Un milagro en forma de mesías; un nacimiento que da una nueva esperanza a Cíclope y los suyos, pero que también atrae nuevas amenazas.
«Si morís, llevaos a alguno con vosotros»
Esta iteración de X-Force es consecuencia de los hechos acaecidos en Complejo de Mesías y finaliza su primera fase en La Guerra del Mesías. Con todo lo que significó Hope Summers en esta etapa de lucha desesperada por la supervivencia, ya os podéis hacer una idea del clima que se respira en la colección. Cíclope reúne a un expeditivo grupo de mutantes con una única consigna: acabar con cualquier amenaza a la supervivencia de la especie… a cualquier precio. Lobezno, X-23, Arcángel… un equipo con muchas malas pulgas.
En otro contexto una serie como esta no habría sido posible porque la violencia que aquí emplean sus protagonistas viene justificada por una cuestión de supervivencia. Actúan bajo el trágico mandato de «o ellos o nosotros». No les queda otra alternativa. La violencia pues, viene marcada por la propia naturaleza de la historia; no es un agregado gratuito sin más razón de ser que la de vender provocación y excesos. Por suerte los años 90 son cosa del pasado.
Y si los mutantes han decidido dejar el heroísmo a un lado (oficialmente la Patrulla-X no conoce de la existencia de esta X-Force), sus enemigos tampoco van a estar con medias tintas: el virus legado, los purificadores desatados, Bastion… En la práctica es un escenario de escalada bélica imposible de parar y la única duda es saber qué amenaza será la que desencadene la Guerra del Mesías… y el posterior e inevitable Cisma. En estas páginas se apunta de manera muy evidente las discrepancias cada vez más acusadas entre Cíclope y Lobezno que acabarían con la ruptura del equipo.
Sin ser imprescindible para comprender la tumultuosa etapa de la franquicia entre Dínastía de M y Muerte de X, es una lectura muy interesante para hacer contexto y profundizar en las motivaciones de unos y otros. Kyle y Yost llevan adelante unos guiones entretenidos, que saben dar espacio a sus diferentes protagonistas y reivindican el extensísimo legado de la franquicia. Quienes compartan su bagaje disfrutarán con las muchas referencias y guiños aquí plantados; quienes no, se perderán algunos detalles, pero la aventura no es extremadamente compleja. Más allá del trabajo con los personajes, las tramas son bastante sencillas.
El gran punto negativo de este cómic radica en la labor de Clayton Crain. El dibujante aporta una paleta de colores tan oscura que hay páginas que no se ven. Un hecho que desluce un trabajo, por lo demás, muy llamativo, que le aporta una interesante personalidad a la obra. Pero como digo, con un importante número de viñetas pensadas para ver con gafas de visión nocturna llega un momento en el que nos limitamos a leer los diálogos y hacemos caso omiso al dibujo.
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