20th Century Boys #7

20th Century Boys #7: Maestro de la tensión

20th Century Boys #7«¡¿Es verdad que ‘Amigo’ ha sido asesinado?!«

 

Una cosa he de reconocerle a Naoki Urasawa en esta reedición que le está dedicando Planeta Comics a su 20th Century Boys: sabe como mantenerte en ascuas. No sé exactamente qué es lo que me desagradó en su primera lectura hace ya cosa de tres lustros, pero me imagino que los tiros irían por algunas de las revelaciones a las que asistimos al final del volumen anterior y que terminan de tomar forma en la séptima entrega del manga. Pero lo cierto es que ahora que he podido revisitarlo y lo contemplo con la experiencia y la perspectiva que me han dado los años no puedo sino quitarme el sombrero ante la fantástica manera en la que el mangaka consiguió rizar el rizo una y otra vez sin que la historia perdiera un ápice de interés. Sus personajes están siempre a un paso de descubrir las respuestas a los misterios y al final no agarran más que humo, pero es que los malos también son víctimas de los continuos juegos de manos del guionista y, a través de él, del verdadero demonio detrás de toda esta historia.

 

Este continuo teatro de sombras chinescas nos lleva en el presente volumen a estar un paso más cerca del apocalipsis que «Amigo» pretende desatar sobre el planeta Tierra. Su autor vuelve a reflexionar sobre los límites del fanatismo, separando a los ‘verdaderos creyentes’ de quienes han sabido auparse al poder en medio de unas determinadas condiciones. Esto se traduce en un momento de crisis dentro del Partido de la Amistad, pero no es sino el preámbulo de algo mucho más siniestro que va en la línea de la profunda reflexión que supone este seinen sobre el nacimiento de las sectas y de algunas (si no todas) las religiones. El personaje de «Amigo» es un líder carismático en vida, pero la muerte le convierte en un héroe y, dependiendo de cómo se desarrolle la historia, puede terminar convirtiéndose en un nuevo mesías.

 

«‘Amigo’ ha muerto. Y tú tomarás las riendas del mundo«

 

Las escenas finales de esta entrega, con Yoshitsune, Kanna, Kyôko y Manjôme dentro de la ‘atracción’ de Amigoland ya comienzan a perfilar por dónde van a ir los tiros a partir de ahora y los sucesos que van desencadenándose a lo largo de todo el tomo nos ponen sobre aviso de hacia donde se dirige el manga de manera inexorable. Urasawa tiene la intención de llevar las cosas al límite en su afán por explorar las profundidades del alma humana y los comportamientos borreguiles del ser humano, ansioso por ser salvado y no por buscar por sí mismo la salvación (o la solución) ante cualquier problema.

 

20th Century Boys #7

20th Century Boys #7

 

Esta es una de las constantes del trabajo de Urasawa. Sus protagonistas suelen ser personajes proactivos, que buscan ser los responsables de sus propios destinos. Sin embargo, la sociedad en la que los inserta el autor suele componerse por gente que, sin ser mala ni buena, deja que la vida pase sin más, arrollándoles en su camino si es preciso. Kenji, Tenma o Keaton son héroes a su pesar. Personas que han tenido que lidiar con momentos críticos en su vida y que han elegido levantarse y luchar en lugar de dejar que les pasen por encima. El mensaje es poderoso y es una clara invitación a que nosotros hagamos lo mismo, cueste lo que nos cueste, y tenga las consecuencias que tenga.

 

20th Century Boys se acerca cada vez más a su desenlace y lo hace añadiendo capas y más capas de interés y tensión en cada una de sus páginas.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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