«Siempre que apareces tú se lía la cosa«
Llegamos a la última entrega de la serie que sería el germen de todas las demás dentro de la exitosa carrera de Naoki Urasawa. En Master Keaton, que nació del trabajo conjunto del guionista y dibujante con Hokusei Katsushika y que pronto pasó a ser responsabilidad únicamente del primero de los dos, podemos contemplar los primeros bosquejos del doctor Tenma, de Nina, de Kanna, de Kenji… La facilidad de lectura que proporcionaron los capítulos autoconclusivos le permitió a Urasawa obtener el crédito suficiente para seguir escribiendo y dibujando, mientras que la profundidad de los personajes y las tramas que ofrecía el autor en cada historia fue la tarjeta de presentación perfecta para lograr un proyecto más ambicioso como podía ser el de una historia larga. Keaton terminó sus andanzas en viñetas en 1994, pero ya en el 93 el autor vio luz verde para su proyecto Happy y no pasarían doce meses antes de que Monster comenzara a publicarse.
En esta última entrega Urasawa repite algunos esquemas al comenzar el tomo con unas breves historias que nos muestran a Yuriko enfrentándose a las duras pruebas de acceso a la universidad, a viejos amigos de Keaton avanzando con paso firme hacia la próxima etapa de sus vidas y a nuestro protagonista tratando, como siempre, de revertir su situación para hacer que sus sueños académicos se cumplan y pueda aparcar por fin su salvavidas económico como investigador. Esta subtrama será la que marque el comienzo de la última y más larga saga de la serie: Keaton se embarcará en un viaje a la Rumanía post-caída del muro de Berlín en busca de las ruinas de la civilización del Danubio que siempre ha tenido en mente con la excusa de una investigación para la Lloyd’s. Este viaje se revelará como una de las más duras pruebas para el arqueólogo anglo-japonés, que necesitará toda la ayuda de sus amigos viejos y nuevos para lograr desentrañar un siniestro misterio que amenaza con acabar con la vida de decenas de personas.
«Matad a quienes sea necesario«
Urasawa cierra Master Keaton con un relato que mezcla drama histórico y misterio. Gran aficionado al período de la Guerra Fría y sus consecuencias en Alemania y la Europa Oriental, no puede resistirse a llevar a su personaje a uno de los países que emergieron tras la caída del Telón de Acero para enfrentarlo al caos imperante y al imperio de la mafias que tomaron el control de la situación cuando nadie más parecía dispuesto a hacerlo. O quizás sería mejor decir que nadie más se atrevía; las duras condiciones a las que el comunismo ruso sometió a los pueblos bajo su bota hicieron florecer a las mafias, que se lucraron haciendo llegar al pueblo bienes y servicios que el gobierno racionaba y/o prohibía, con la entrada del capitalismo estas asociaciones criminales no tuvieron más que cambiar ligeramente su modelo de negocio para seguir lucrándose a través del comercio clandestino, la extorsión y el resto de crímenes que habitualmente se les atribuye.
En cuanto a las viejas estructuras soviéticas, se trataron de reciclar para asumir un nuevo papel en el nuevo orden establecido, pero es muy difícil despojar del poder a quien lo ha ejercido de forma absoluta y Urasawa aprovechó a finales de los 90 sus cómics para denunciar los abusos de antiguos miembros de la policía secreta soviética y de los ex-dirigentes de las repúblicas que nacieron del desmantelamiento de la URSS. La profunda tarea de documentación del japonés hace de sus mangas no sólo un disfrutable producto de entretenimiento, sino una auténtica fuente de conocimiento acerca del turbulento fin del siglo XX en occidente.
«Gracias por proporcionarme unos recuerdos geniales«
Un tema del que me parece que no he hablado hasta el momento en relación a la obra de Urasawa es su gusto por el uso de la figura de la mujer fuerte e independiente. Quienes conozcáis al autor por Monster inmediatamente habréis pensado en la maravillosa y dulce Nina, dispuesta a matar a su psicópata hermano para librar al mundo de su perversidad, más potente aún es la fuga de Kanna en 20th Century Boys (rodeada de un cierto halo místico cercano a la simbología cristiana). En Master Keaton esta figura todavía no era algo con lo que su autor se atreviera a ir al cien por cien. Sin embargo, Urasawa creo el personaje de Yuriko Hiraga como un germen de lo que serían sus protagonistas femeninas posteriores. La historia que protagoniza la hija de Keaton en este número es una clara muestra de ello y enlaza con fuerza con las ideas de este autor con respecto a la rígida y anticuada sociedad japonesa de finales de siglo. Con su ambición por entrar en la universidad de Oxford, Yuriko se desmarca de las dóciles y sencillas mujeres de la generación anterior para presentarnos a la japonesa del siglo XXI, una mujer capaz de fijarse y alcanzar muchas metas tan solo soñadas por sus antecesoras.
Planeta DeAgostini cierra por todo lo alto una colección más de su autor estrella a la espera de que se decidan a traer a España su continuación (ambientada 20 años después de los acontecimientos de este tomo) que lleva por título Master Keaton Remaster y cuyo guionista será Takashi Nagasaki.
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