Guardianes de la Noche #9

Guardianes de la Noche #1-9: La nueva sensación

Guardianes de la Noche #9«¿Y estás seguro de que no han palmado ya?«

 

Lo sé. Llegamos extraordinariamente tarde a reseñar Guardianes de la Noche (Kimetsu no Yaiba en el original), cuando ya no sólo hay anime y videojuegos de este shonen, sino que su serialización hace no mucho que ya terminó en Japón, aunque aquí en España vayamos aún por la novena entrega de la colección. En mi defensa he de decir que la tipografía usada en las portadas me recordaba tanto al WordArt del paquete Office que sólo eso hizo que me diera pereza entrar (es una pésima excusa, lo sé) y, bueno, para compensar os he ido dejando por aquí las reseñas de Mashle y Undead Unluck (aún sin distribución en nuestro país). Para que veáis que aveces también leo cosas antes de que salgan (y sí, esta excusa es aún peor).

 

Pero bueno, más vale tarde que nunca y lo cierto es que Guardianes de la Noche bien merecía una panzada a leer. Así, gracias a la nunca suficientemente agradecida generosidad de nuestro colaborador Gonzalo Olmedo, pude hacerme con los primeros ocho números de este shonen justo antes del confinamiento y, ahora que salimos de él, llega a mis manos la novena entrega de la serie de Koyoharu Gotouge que publica Norma Editorial. El momento perfecto ha llegado para que me explaye sobre una historia que ha batido récords de ventas en tierras niponas (algunas tiendas tuvieron que poner un límite al número de volúmenes comprados por cada lector).

 

«A fin de cuentas eres como un ratoncito a punto de morir«

 

Resulta complicado asegurar sin margen de error el por qué del éxito de este manga. Son muchos factores entre los que destacan su ritmo endiablado, el sentir que provoca de que la historia siempre va hacia adelante, que -sin desviarse de la temática shonen de los poderes, las técnicas y la mejora de las mismas- sí que propone una historia y una temática distinta a lo que solemos leer y que, como ya estamos viendo que pasa con otros mangas que se han tratado en esta revista (Dorohedoro, Jujutsu Kaisen), vivimos en una época en la que los cómics de temática siniestra se venden más y mejor que los de ninjas y aventureros. Pero creo que, como otras tantas veces, este manga funciona por sus personajes. Tanjirô es un protagonista bondadoso que te cae bien ala fuerza y que viene acompañado de un pasado traumático que, literalmente, lleva a cuestas. A su lado, sus compañeros de promoción proporcionan a la vez un alivio cómico muy necesario en cómic así de oscuro y (y esto me parece importante) no están tan alejados en términos de habilidad del protagonista como puede verse en One Piece o Dragon Ball, por poner dos ejemplos.

 

Guardianes de la Noche #9

Guardianes de la Noche #9

 

Y luego está el factor ‘Juego de Tronos‘. Me explico: la serie de George R. R. Martin eliminó el concepto de las vacas sagradas (personajes que sabes que, de un modo u otro, van a sobrevivir hasta el desenlace) en el devenir de la historia y esto ha afectado de manera determinante a muchas de las obras que se han escrito dese entonces. El shonen también nos ha malacostumbrado en este sentido a ver cómo, salvo en contadas ocasiones, los personajes sobreviven a las vicisitudes más terribles y Guardianes de la Noche se ha encargado (desde el principio, pero sobre todo en su octavo tomo) de echar por tierra este tipo de ilusiones. Esto añade tensión a una trama ya de por sí intrigante y hace que la lectura de este manga sea apasionante. Es otra razón más para caer en las redes de la creación de Gotouge, y seguramente cada uno de los que leáis este artículo tendréis las vuestras propias. Lo único incontestable es que Kimetsu no Yaiba es un gran shonen manga que no deberíamos dejar pasar si de verdad queremos poder decir que hemos leído las más potentes historias de la industria del cómic nipona.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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