«Sé que no eres de las que se rinden«

Me está gustando bastante más 20th Century Boys en esta segunda relectura del manga que cuando llegué a él por primera vez hace ya más de diez años. Antaño me quedaba únicamente con ese magnífico primer acto que escribió Naoki Urasawa y en el que se mezclaban a partes iguales su inigualable sentido por la intriga y los thrillers y la nostalgia del Japón de su niñez y de los juegos a los que muy probablemente jugó con sus amigos. Ahora, metido en el barro de la segunda etapa, comienzo a pillarle el gusto a la trama del mundo que se va acercando cada vez más al precipicio de la mano de un Amigo con cada vez más poder y menos trabas para ejercerlo sobre una población que lo adora y que vive feliz e ignorante del terror que ya ha perpetrado y que aún puede causar.

Precisamente porque, cerca (aunque ya pasado) del año 2014-15 en el que se desarrolla este capítulo (recordemos que la obra fue escrita entre 1999 y 2006) veo hasta qué punto Urasawa acertó con sus predicciones. Y es que atreveos a contradecirme en medio de una sociedad indolente que protesta con más vehemencia por la celebración de un partido de fútbol que por sus propios derechos sociales. Vivimos, además, en un mundo que se ha dedicado en estos últimos años a ceder el mando ante tipos de dudosa moralidad e inteligencia y de oscuras motivaciones. No nos diferenciamos tanto del Japón gobernado por Amigo y esto hace que el manga de Urasawa viva una segunda juventud ahora y que el lugar hacia el que se dirige la historia tenga una especial relevancia.

«Quería descubrir más sobre «Amigo», por eso vino a verme«

En estos dos tomos las vidas de los protagonistas de este capítulo dan un tremendo giro. Por un lado Kyôko Koizumi, a la que dejamos al final de 20th Century Boys #4 a punto de pasarse (a su pesar) la atracción virtual de Amigoland, verá en los primeros compases de la quinta entrega de la colección algo que nunca debería haber visto y, por ello, habrá de convertirse en una fugitiva más de la implacable ley del Partido de la Amistad (¿no os recuerda a nada todo este juego de bonitos nombres para terroríficas realidades?). Por su parte, Kanna no para quieta en estos dos números. La dejamos enrolando a un joven detective en su defensa de los bajos fondos tokiotas y en estas entregas la vemos liderando una rebelión de las mafias china y tailandesa, saltando la banca de un casino y, sobre todo, siendo testigo de unas revelaciones que sin duda habrían acabado con las energías de otra persona sin la dureza de la sobrina de Kenji.

20th Century Boys #6

Con Monster descubrí, hace más de una década, a un genio de las historias policíacas con un cierto toque de terror y costumbrismo en Urasawa. Me complace redescubrir ahora al mangaka a través de esta nueva edición de Planeta Cómic y darme cuenta de que también es un incisivo analista de la actualidad y del rumbo en el que se ha sumido la humanidad desde que terminó la época de las grandes guerras. Da miedo pensar, sabiendo como sé hacia dónde se dirige el manga, qué parte de verdad habrá vislumbrado el autor con esta obra. En cualquier caso, tenemos entre manos una edición fantástica de uno de los cómics esenciales de comienzos del presente siglo. Aún estáis a tiempo de haceros con él ahora que las Navidades os pueden dar la excusa perfecta. Urasawa siempre es un buen regalo, de Reyes o de Papá Noel.