Mundo putrefacto dejó muchas secuelas y daños colaterales para los dos personajes implicados: Animal Man y La Cosa del Pantano. Del primero ya hablamos en este enlace, y de Alec Holland nos encargamos ahora. El avatar del verde no ha hecho más que sacrificios desde que dijo sí a la causa ecologista del sello Vértigo. Renunció a su forma humana y tuvo que matar a la mujer que amaba para salvar el mundo. Y por si fuera poco su guionista, Scott Snyder, levantó el vuelo y se fue para dedicarse de lleno a las aventuras del murciélago de Gotham.

 

En estas, los editores de DC decidieron confiar en un valor en alza, Charles Soule. Un guionista hasta hace nada desconocido para el gran público pero que poco a poco se ha ido ganando el favor de este gracias a su trabajo en series como Inhumano, She-Hulk o Superman/Wonder Woman. Es La Cosa del Pantano su primer trabajo para una de las dos grandes de la industria y desde sus primeras páginas deja bien claro que no pretende seguir una línea continuista respecto al trabajo de Snyder, tomando un tono más cercano al género de los superhéroes. De hecho en su primera aventura Holland se encuentra con Superman y ha de hacer frente al Espantapájaros, un enemigo clásico de Batman a quien vimos en cines interpretado por Cillian Murphy en la trilogía de El Caballero Oscuro de Chris Nolan.

 

Este cambio de dirección tiene su correspondencia en el dibujo de Jesús Saiz, ilustrador principal de esta nueva etapa sustituyendo a Yannick Paquette. La composición de las páginas se ha vuelto bastante más convencional y ante todo busca la simplicidad. Podemos ir olvidándonos de las composiciones imposibles del dibujante canadiense y de esas viñetas que se fundían unas con otras añadiendo una capa narrativa más a los propios guiones de Snyder. Visualmente esta nueva Cosa del Pantano se decanta por la concreción, dejando que el dibujo sea un complemento del guion y no una herramienta narrativa de la misma relevancia que este. Se prescinde, en cierta forma, del impacto visual de la anterior etapa.

 

El objetivo final es partir de cero, romper con el trabajo anterior. Y ahí el trabajo de Charles Soule sobresale. Empieza, es cierto, con algunas dudas, ofreciendo una imagen muy simplificada de los personajes (algo que se percibe especialmente en la caracterización de Superman, odioso por sus aires de superioridad); pero en cuanto se deshace de la papeleta de lidiar con las consecuencias de Mundo putrefacto comienza a gestar una interesantísima historia en la que redefine a viejos conocidos de la colección (en etapas precedentes como la de Alan Moore) y crea algunos nuevos para enriquecer el cosmos del pantano, sin olvidar las apariciones especiales de algún que otro personaje vinculado al sello Vértigo que viene a recordarnos que La Cosa del Pantano no va por libre, sino sus actuaciones y decisiones repercuten en todo el universo DC.

 

Este primer gran arco argumental (que ocupa prácticamente los tres volúmenes a los que nos referimos) centra su atención en la relación de amor-odio que existe entre Alec Holland y el verde. Después de renunciar a prácticamente todo lo que le importaba, el científico se da cuenta por fin de que no se puede fiar del parlamento de árboles, por más que les haya salvado de la completa destrucción. Estos solo van a mirar por sí mismos sin importar lealtades de ningún tipo. En su lucha con/contra el verde asistimos a un completo viaje de aprendizaje por parte de Holland, quien debe recorrer los dominios del verde en busca de conocimiento y habilidades con las que salir victorioso. En estos parajes del verde conocemos a algunos secundarios que dado el giro que les tiene reservado Soule en estas mismas páginas, se presentan como unos atractivos partenaires de cara al futuro de la serie a corto-medio plazo.

 

Como aliciente, a diferencia de lo ocurrido con otras colecciones, ECC ha tenido a bien publicar dentro de las páginas de la colección el one-shot correspondiente al mes de los villanos, por lo que no debemos hacernos con ningún tomo extra ni tirar del mercado norteamericano para disfrutar de él. Un capítulo dedicado al gran antagonista de La Cosa del Pantano hasta el momento: Anton Arcane.