«Esto no va a molar nada«

Hará cosa de un año (junto con la noticia de que Netflix se había hecho con los derechos para una adaptación cinematográfica) salió el primer volumen, llegó a nuestra redacción, lo leí, me gustó, lo reseñé… y esperé al verano (confinamiento de por medio) para ver a Charlize Theron siendo disparada, acuchillada, reventada en pedazos… sólo para volver una y otra vez para machacar a sus enemigos y salvar el culo de sus amigos. Me gustó el trabajo que hizo Gina Prince-Bythewood (Beyond the Lights) para adaptar el primer volumen del cómic de Greg Rucka a la imagen real y por eso me alegró saber que Norma Editorial se disponía a traer el segundo libro de la trilogía que ha escrito el habitual guionista de Marvel para el sello Image.

La Vieja Guardia, como cualquier otra franquicia, pierde parte de su novedad y su frescura con esta nueva entrega, pero gana en profundidad para sus personajes y una historia que, ahora sí, parece dirigirse hacia un final más o menos definitivo. Tal y como viéramos en los momentos finales del filme (cuyo guión corrió a cargo del propio Rucka) un nuevo personaje viene a desequilibrar la ordenada y salvaje vida de esta panda de inmortales. Alguien que ha tenido todo el tiempo del mundo para cansarse no sólo de su inmortalidad, sino también de la mortalidad de todo el resto de los seres humanos. Y del modo en el que la malgastamos. Y de la manera en que, miles de años después de aprender a encender nuestro propio fuego, seguimos repitiendo los mismo esquemas, los mismo errores y las mismas tragedias.

«Vivimos en la era de los deep fakes«

Rucka nos presenta a Noriko como el reflejo oscuro de la Vieja Guardia, una mujer cansada de la vida y de una humanidad corrupta y renqueante que decide convertirse, de alguna forma, en su ángel exterminador. Pero como todo reflejo, siempre tiene que haber una imagen real al otro lado del espejo que lo provoque y ésta nos la trae el agente Copley, superviviente de la primera cinta/cómic e interpretado por Chiwetel Ejiofor (Marte, 12 Años de Esclavitud), en una escena que estaba en la película, pero no en el anterior volumen que publicara Norma y que ahora el autor decide incluir aquí, sobre todo para mostrarnos que sí, la humanidad está muy machacada, pero que la existencia de esta Vieja Guardia sirve también para que muchas buenas cosas puedan ocurrir y para que gente maravillosa disponga de una oportunidad en la vida para brillar.

La Vieja Guardia #2: Fuerza Multiplicada

Me sobran de este número personajes como el agente Mustafa Moose (que parece una pobre intentona de Rucka de trasladar a Ejiofor al cómic) y me bailan conceptos como el de esa súbita debilidad de Theron al final del filme que aquí parece haberse evaporado en beneficio de una historia que va por otros lados, pero por lo demás, éste La Vieja Guardia #2: Fuerza Multiplicada se muestra como un digno sucesor de la obra original.

Decía que esto parece dirigirse hacia un final y lo mantengo por el simple hecho de que éste no es más que un tebeo de transición hacia algo más definitivo. Abriendo Fuego (el primer volumen) funcionaba muy bien como historia independiente, pero esta segunda aventura depende de aquélla y plantea una serie de dilemas que no van a tener más remedio que solucionarse en el que será el tercer y definitivo número de la colección La Vieja Guardia #3: Desvanecerse.