La situación no ha hecho sino complicarse más y más para los viajeros multiversales (y temporales) que escribe Brian Michael Bendis. Con este pseudo cruce entre Ultimate Spider-Man y La Nueva Patrulla-X (técnicamente Miles Morales es un «artista invitado» a la cabecera mutante, ya que su colección está yendo por otros derroteros y lo que aquí acontece no tiene incidencia en aquella), el guionista está explorando las posibilidades de los jóvenes pupilos de Charles Xavier como personajes independientes.

Salvo en casos excepcionales (como cuando Ángel se marchó con Cíclope [el adulto] o ahora que el imberbe Scott se ha marchado al espacio [y su lugar en el equipo ha sido ocupado por X-23]) estos personajes siempre han funcionado como una piña. Les hemos conocido como un equipo y todas sus relaciones y decisiones han estado marcadas por la dinámica de grupo. Al separarlos y llevarlos a un terreno completamente hostil, Bendis ha obligado a los jóvenes protagonistas a luchar por sí mismos y demostrar su verdadera valía.

Así, en La Nueva Patrulla-X #21 el guionista de moda en Marvel desarrolla lo que ya vimos en el número anterior y nos presenta al grupo de mutantes del profesor Xavier perdidos en un mundo que, como comienzan a sospechar, no parece ser el suyo. Mientras Jean y Miles Morales ponen rumbo a Wetchester previa (y obligada) parada en la habitación del simpático (y salido) colega del trepamuros Ganke Lee, tenemos a Bobby en la incómoda situación de tener que escapar de un monstruo de las profundidades en un clima poco apropiado para sus habilidades y a Ángel y X-23 explorando la versión Ultimate del proyecto Weapon-X en compañía de alguien que se parece mucho al que ahora sabemos difunto Lobezno. Peor lo lleva el científico del grupo. El joven Hank ha ido a caer en una de las situaciones más incómodas que cabría esperar y el personaje con el que se encuentra muy probablemente va a influir no sólo en el devenir de esta historia, sino en el del destino de este universo de cara a los próximos meses.

La Nueva Patrulla-X #21, sin ser más que un cómic intermedio destinado a «cocinar» lo que se nos viene encima, demuestra una vez más la habilidad de Bendias para aprovechar las sinergias de los dos universos a la hora de generar una historia divertida y con «sustancia». La Nueva Patrulla-X, gracias al buen hacer del escritor, hace ya mucho tiempo que dejó de ser un extraño experimento para convertirse en una de las propuestas más interesantes de la Casa de las Ideas.

La Nueva Patrulla-X #21

Y llegamos al siguiente capítulo, el #22, en el que las piezas ya están todas sobre la mesa y los protagonistas empiezan a descubrir realmente cuál es la realidad del Universo Ultimate. Este es un mundo en el que los mutantes no son una evolución del homo sapiens, sino un experimento de este para lograr supersoldados y son considerados por la humanidad como una aberración. La persecución que sufren en La Tierra-616 (la de toda la vida) es un juego de niños en comparación con su situación en este mundo. Un contexto que nuestros personajes –especialmente Bobby Drake– están viviendo en sus propias carnes.

A golpe de encuentros inesperados y cliffhangers, Bendis ha ido tejiendo una historia en la que, si estamos atentos, se van dando pistas del camino que lleva a las Secret Wars en las que muy presumiblemente el Universo Ultimate dejará de existir tal y como lo conocemos. Y, como ya se está volviendo habitual en la colección, guionista y dibujante rescatan conceptos e ideas ya exploradas (como el Jean conoce a Jean) y acuden a soluciones visuales explotadas una y dos veces.

Este evento está sirviendo además, para recuparar a las versiones Ultimate de La Patrulla-X, quienes, desde Cataclismo y salvo Kitty Pryde (como miembro de los Nuevos Ultimates), no contaban con presencia alguna en las viñetas.